En el 2016 me hice un bypass gástrico, me acuerdo que cuando estaba en el quirófano me puse a llorar del miedo que tenía y el cirujano me dijo “vas a una vida mejor”. Cuando me desperté solo podía tomar agua, el proceso fue complicado porque no podes comer hasta los seis meses, vivís a licuados y papillas, lo cual era un sacrificio enorme. La primera vez que me atoré con comida me tuvieron que inyectar corticoides. Eso hizo que sea muy prudente a la hora de comer. Las carnes me empezaron a caer pesadas y decidí hacerme vegetariana. Aún hoy día la alimentación consciente es algo que me cuesta y por lo que lucho todos los días. Los trastornos alimenticios no desaparecen por bajar de peso. Es un trabajo de todos los días. Por eso me gusta crear conciencia sobre esta cirugía. No es solo una intervención quirúrgica sino un cambio de estilo de vida. Para siempre. La segunda cirugía fueron las estéticas. Me opere el abdomen y las mamas, otro post operatorio complejo. Pero si quieren cambiar su vida y realmente están preparados esta cirugía me salvo la vida, a veces no es solo comer sano, hay factores hormonales que dificultan el descenso de peso. Por eso fue tan importante la cirugía para mi. Llegue a pesar 105 kilos y hoy mi peso es de 59 kilos. El centro donde me opere es @clinicaocmi
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