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Un breve resumen de mi historia de 2018 hasta hoy

  • Foto del escritor: Florencia Zerón
    Florencia Zerón
  • 20 ene 2023
  • 7 Min. de lectura

Como muchos saben, amo la oratoria y mi sueño es algún día dar una charla motivacional, pero para eso nada mejor que arrancar un blog y resumir un poco mi historia.

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Que irónico es hablar de la ansiedad cuando uno la sufre. En general una charla motivacional es cuando ya superaste "algo grande", pero en mi caso, aprendí a convivir con eso. Para eso escribo, por eso quiero dar un mensaje.

Tuve mi primer ataque de pánico allá por el 2018, sin entender mucho lo que era ni de donde surgía, y si tengo que ser honesta, tampoco sé qué me los produce hoy, aunque ya hace más de un año que no sufro uno.

Me hice fanática de la música electrónica ese mismo año, al principio no me drogaba, pero después me uní a la movida, tenía que sentirme a tono, quería experimentar lo que todos vivían y entender que era ser "manija". Eso se me fue un poco de las manos cuando amanecía un domingo de after en pinar de rocha, para quienes no lo conocen, tampoco sugiero que lo conozcan. Un lugar donde los domingos a las tres de la tarde la gente no para de consumir ketamina como si fuera agua, para mi, la peor droga. Probé todas, la verdad no voy a mentir, siempre traté de hacerlo de una forma controlada. Por suerte, sobre eso si tuve control, por un tiempo...

Tras conocer la noche y gente nueva todos los fines de semana, me aventuré a ir a la casa de una seguidora de instagram que me invitaba a un after en su casa, los que no saben que es el after, bueno, es básicamente quedarse hasta la tarde del día posterior a la joda.

No dude mucho en ir, siempre fuí un tanto extrovertida.

Un dato no menor antes de seguir, es que tengo hecho un bypass gástrico, bajé 49 kilos. Es un dato no menor porque viene de la mano de el nacimiento de mi ansiedad.

Una vez incorporada en la sociedad, siendo hegemónica por donde me mires, rubia, con los pechos hechos, ojos verdes, étc; quien no sería extrovertido todos los fines de semana y más, si libera serotonina con estupefacientes que facilitan el habla y la simpatía.

Retomando la historia del after, termino yendo a la casa de la seguidora de instagram. Me quedo toda la noche hasta el amanecer y cuando pensaba que iba a terminar, nos mandaron a comprar al chino más alcohol. La verdad, yo la estaba pasando muy bien, me había enganchado hablando con un chico.

Después de algunas horas; ya era hora de volver a casa y ese chico con el que tanto hablé me comió la boca de un beso, así sin pensar mucho, conocí a la persona que cambiaría mi vida un 100%. ¿Qué tiene que ver esto con mi ansiedad?, todo. Pero vamos por partes.

Ese chico resultó ser al que siempre veía en los after y la casa de la seguidora termino siendo tan habitué como ir a trabajar.

Voy acelerar un poco la historia para no aburrirlos.

Un día, saliendo del boliche, me llama por teléfono este chico, contándome que la madre se estaba mudando y lo echó de la casa, la verdad no sabía que decirle, yo vivía sola hacía tres meses. Así que tuve la brillante idea de ofrecerle mi casa hasta que sepa donde ir.

Nunca se fué.

Hasta que mi ansiedad nos separó.

Yo tenía una rutina bastante armada durante la semana y él no, así que lo ayudé a conseguir un trabajo en la oficina de un amigo.

Me encontré con una persona con mucha deficiencia emocional pero de gran corazón, básicamente una persona sin terapia. FATAL.

Nos mudamos a otro departamento, porque al final terminamos siendo novios, posterior a ser los chicos del after.

Pero nuestras personalidades no eran compatibles, a él le gustaba tanto salir y nunca estar en su casa que a mi me terminó desgastando.

Fueron muchas peleas sobre hacer cosas juntos o quedarnos un finde descansando en vez de salir, claro está que era adicto a la joda, pero posta. Sus niveles de ansiedad por hacer de todo y todo al mismo tiempo me volvieron una persona irritable y frustrada. Me agotó. Mi batería social iba muriendo y detalles del vínculo que no son relevantes pero fueron estresantes de vivir.

Hasta que decidimos vivir separados, peor. Claramente el escenario era cada vez más oscuro, peleábamos por cualquier cosa, yo estaba harta de no poder tener un momento de tranquilidad. Hacer cosas juntos que no fuera salir de joda era un sueño que esperaba todos los días.

Y acá empezaron los problemas más graves, no podía dormir. Vivía en estado de alerta constante, no sabía a que hora llegaba a su casa o si venía a la mía, todo era incertidumbre, te podía decir que iba a cenar y llamarte cuando ya estaba comiendo.

Cuando detecto que mis ataques de ansiedad eran más frecuentes y menos tolerantes, recurro a profesionales.

Humorap fue la primer droga, sin descartar que me seguía drogando cada vez que salía a una fiesta electrónica.

Dormilan y clonazepam, las segundas drogas. El clonazepam era para cuando sufría un ataque de pánico o ansiedad y el dormilan era directamente para dormir.

La realidad es que al tratamiento le daba poca importancia, me descuidaba todos los fines de semana. Difícil era mejorar cuando me estaba haciendo adicta a otras pastillas que no eran éxtasis.

Un ataque de ansiedad se veía maso menos así: sudor excesivo en las manos, temblores, taquicardia, falta de aire, pensamientos suicidas, pensamientos negativos, disociación. Un subidón de mierda en un microsegundo de tu vida que no entendes para donde correr. ¿Pero como explicas ese montón de sensaciones juntas sin dar a entender que es como un infarto?, ¿Cómo explicas todo eso sin que te digan algo estúpido?. Respirá, no pasa nada, estas exagerando, todo esta en tu mente....e infinidades de frases que no te ayudan en nada cuando afrontas una crisis de ansiedad.

Hasta que lo peor llegó una noche, discutí con mi novio por la mañana y me fui directo a mi casa. A la noche tuve la magnífica idea de comprarme fernet, tenía la magnifica idea de terminar con mi vida; cansada de mi relación, alejada por una pandemia de mis seres queridos, amigos y familiares, sin trabajo y con recurrentes ataques de ansiedad y pánico.

Agarré el clonazepam, y empecé a tomar de a dos miligramos con fernet. Me tome dos blíster. Pero cuando estaba mareada y sintiendo que me iba a desmayar, la llame a mi mejor amiga quien recurrió a mi padre.

Mi padre me encontró desmayada en el piso con un golpe en la cabeza.

Cuando me lleva al hospital y los médicos me preguntan por qué lo había hecho, dije que me quería morir.

Así fue como mi novio desapareció de esta novela que ahora continúa sin él. Solo me soltó cuando yo más necesité ayuda. No lo juzgo, pero yo no haría lo mismo.

No me alcanzó. Parece que nunca me alcanzaba mandarme cagadas para seguir haciendo sufrir a quienes me amaban.

La recuperación no fue sencilla, yo seguía tomando clonazepam con alcohol durante mi tiempo en casa, la verdad es que no estaba bien. Hasta que un día me recomendaron dos profesionales, una psicóloga y un psiquiatra.

Bueno, era momento de tomármelo en serio y hacer el tratamiento como corresponde, así que estuve un año, sin mucho ánimo la verdad, simplemente hacía lo que me decían y me ocupaba de respirar para mantenerme viva.

Conocí a otro chico que me ayudó mucho en el proceso. Hasta que recaí una vez más, esta vez tomando un blíster de dormilan. Pero acá las cosas se pusieron más oscuras, porque corría riesgo de internación. Los profesionales querían internarme y mi papá no. Gracias a que tengo una hermosa familia, pude hacer la rehabilitación en la casa de mis abuelos. Terrible, los seis meses más duros. No quería comer, no me quería cocinar, no quería limpiar, estaba con conductas totalmente depresivas. Hasta que pude volver por completo a mi casa.

A todo esto en el medio cumplía años, pero soy tan inteligente que mis dos recaídas fueron a una semana del mismo.

Por dos años no festejé nada.

Vuelvo a casa, consigo trabajo y empiezo a llevar una vida normal, de a poco empiezo a comer, no tomar alcohol, ya no salía a fiestas electrónicas, ya no me drogaba. Solo tomaba mi medicación diaria por la noche y nada más.

Cambié de trabajo, mi gran desafío, mantener una estabilidad laboral y estoy yendo por eso.

Me volví a enamorar, de una persona que asume un rol sumamente importante en mi vida porque es mi compañero. Me ayuda y esta presente en todo. Realmente me siento amada y contenida por él. Agradezco a la vida por darme semejante regalo.

Volví a cocinar, volví a limpiar, adopté una gata y aprendí a quererme.

Aprendí el valor de la familia, en especial el amor incondicional que me tiene mi padre, todo lo que me ha sostenido y lo que me contiene; es un amor que no cabe en este mundo.

Creo que el mensaje de todo esto es, amor propio, terapia y contención.

No me considero una persona curada, sino, una persona que acepta ser tratada para mejorar, todos los días y eso no es por tener trastorno de personalidad límite, creo que todas las personas tenemos que mejorar todos los días. Ese es el desafío más grande que tenemos.

Esto es un resumen, ahora le vamos a poner un poco de humor. La tarea para el hogar es buscar que es trastorno de personalidad límite, pero ojo, entendiendo que bajo tratamiento, sos una persona común y corriente, que maneja niveles altos de ansiedad e inseguridades pero esta totalmente bajo control.

Acá lo importante es hacer terapia, hablar y expresar todo lo que sentimos.

Dada la introducción a mi historia, hablemos de los puntos más importantes.

Primero hay que entender que lo que hacemos con el corazón y nace del amor, nunca está mal. Pero todos somos personas diferentes, actuamos diferentes porque nuestras vivencias si bien pueden ser similares, no son iguales.

Entender que las enfermedades mentales no nos definen. Realmente se puede tratar y con mucha paciencia se mejora y se vive bien. Sin dejar de lado los altibajos que se pueden presentar.

Aceptar que tenemos problemas y pedir ayuda es lo más importante, es la clave de todo, pero dejarse ayudar es agarrar el salvavidas cuando nos estamos ahogando.

No somos dueños del futuro, no sabemos cuando puede aparecer un ataque de pánico o ansiedad, pero si tenemos las herramientas para afrontarlos y salir lo más rápido posible ante una situación de crisis.

Permitirse estar triste o enojado, dejar que las emociones fluyan, tratando de comunicarlo de una forma amigable y respetuosa.

Tenerse paciencia, los procesos son dolorosos y muchas veces nos superan. Tenernos amor en ese momento es la clave para salir adelante.

Hacer las cosas con amor, todas las pequeñas cosas que hacemos, realmente tratar de disfrutarlas.

Comunicar nuestros sentimientos y emociones, tratar de aprender a expresarlos con naturalidad facilita que los posibles escenarios que nos creamos, no construyan algo negativo.

Aprender a escuchar sin juzgar, ponerse en el lugar del otro antes de criticar sus acciones, fundamental para los vínculos.

Hoy me encuentro aprendiendo a escanear mis actitudes de autoboicot. Me encargo de aprender sobre mis emociones y tratar de salir de la zona de comfort, desafiándome a mejorar aquellas acciones que tal vez un día me jugaron en contra.

Y por supuesto, la importancia de no castigarnos. Nadie es perfecto. Y todos somos humanos.


 
 
 

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