Tiempos pasados
- Florencia Zerón
- 20 ene 2023
- 2 Min. de lectura
Hace mucho que no escribo.
Hace un año atrás mis niveles de ansiedad me daban ataques de pánico cada diez minutos. Luego de empezar el tratamiento pude ver la vida un poco más lenta y menos confusa. Si tengo que volver el tiempo atrás cambiaría muchas cosas, pero no sería lo que soy hoy. Buscamos la felicidad como un punto de llegada y en realidad son esos detalles que veo en la gente que con amor hace de su día algo para hacerte sonreír. No se cual será mi don, ni mi lugar, tampoco se a donde voy; pero es lo que dejamos en el corazón de los otros lo que nos lleva a esa felicidad. Perdí el amor de mi gato, perder es el acto de dejar ir más injusto que tiene la vida. Pero, no puedo hacer nada para cambiarlo, tampoco estancarme en el dolor. Tal vez mi ejemplo de vida ayude a otros a transitar lo mismo, acompañando ese sentimiento de incertidumbre. Tenemos más miedo de los que pensamos pero esos escenarios imaginarios construyen un mural donde alejas a quienes te aman. La verdad no soy el mejor ejemplo pero intento trasmitir mi experiencia; que los actos que hacemos son consecuencia de nuestros valores. Dejar de prejuzgar, disfrutar y sentirnos plenos cuando alguien nos da las gracias. Me falta tanto e hice tanto por otros que la vida en su momento me lo puede devolver con algo llamado “empatía “. Antes de hablar hay que aprender a escuchar, analizar, debatir y compartir aquellos sentimientos con quienes también lo sufren. Solo son pensamientos y escenarios en nuestra cabeza de situaciones que no podemos controlar, así que dejen fluir. Respeten y amen porque todos podemos ser amados de diferentes formas.

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